lunes, 23 de abril de 2012

Cien años de soledad
Recuerdo mi infancia, era muy triste. Mis padres murieron cuando era muy pequeño, en ese momento tuve que ir a vivir con mis tíos y con ellos pase toda mi infancia. Unos Años más tarde me puse a trabajar...
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buen Día había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el yen. Macondo era entonces una aldea de veinte casa de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diafanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos." (García M., 1999: 11)
Bibliografía
García M., G.(1999): Cien años de soledad, Ed. El mundo, Madrid.
Eso es lo único que recuerdo antes de que se muriera mi padre cuando fui con el a visitar aquella aldea. En Macondo las casas eran muy pequeñas, junto al río. Tenía pocos habitantes y todos ellos eran señores mayores que vivían con sus esposas. Recuedo muy bien que fuimos a visitar todo el pueblo y más tarde nos sentamos a comer en un bar de la plaza principal.
Más tarde se fue a buscar algo y una hora más tarde volvió. A lo lejos vi como s acercaba mi padre con unos lingotes de oro, un señor de la Aldea le ofreció cambiarlos por un burro y unas cuantas cabras, el asintió y los cambio. Pero lo que hizo fue un error.